domingo, 28 de octubre de 2012

LA ORACION SIMPLE


PAUTAS PARA EL ANÁLISIS SINTÁCTICO


Receta para analizar oraciones

1º. Localizar el verbo.

2º. Descubrir el sujeto (Sj) observando qué palabra o palabras tienen relación de concordancia con el verbo. (No olvides que hay oraciones impersonales, que carecen de sujeto).

3ª. Lo que no es sujeto es predicado.

Será predicado nominal (PN) si lleva el verbo ser, estar o parecer. Predicado verbal (PV) con cualquier otro verbo. En algunos casos los verbos ser y estar en lugar de atributo llevan un complemento circunstancial y el predicado es verbal.

Analizar el SN sujeto. (Recuerda que en el predicado puede haber otros sintagmas nominales realizando la función de complemento del verbo y que tienen la misma estructura que aparece a continuación):
  • Núcleo (N): Suele ser un nombre o un pronombre.
  • Determinante (Det): Palabras que normalmente van delante del nombre y delimitan su significado.
  • Adyacente (Ady)/ CN : Complementan el significado del núcleo. Esta función puede desempeñarla un adjetivo, un sintagma preposicional (cto. del nombre) o un sintagma nominal (aposición).
  • Sujeto omitido (Sj O) o elíptico es el que no está presente en la oración.

6º. Analizar el predicado nominal (PN).

  • Cópula (VC): Es el verbo (ser, estar o parecer).
  • Atributo (Atrib): Es el núcleo del PN. Puede ser un sustantivo, un adjetivo, un sintagma preposicional…
  • Complementos: El PN puede llevar complementos circunstanciales y, en algunos casos, complemento indirecto.

7º. Analizar el predicado verbal (PV).

  • Núcleo (N): Es el verbo (puede ser una perífrasis verbal).
  • Complemento directo (CD): Sintagma nominal que se puede sustituir por lo, la, los, las. Si es de persona va precedido por la preposición “a”.
  • Complemento indirecto (CI): Sintagma preposicional que se puede sustituir por le, les. No confundir con el CD.
  • Complemento circunstancial (CC): Suele ser un adverbio o un sintagma preposicional. Los hay de varios tipos:


    • Lugar (CCL): Responde a la pregunta ¿Dónde?
    • Tiempo (CCT): Responde a la pregunta ¿Cuándo?
    • Modo (CCM): Responde a la pregunta ¿Cómo?
    • Cantidad (CCC): Responde a la pregunta ¿Cuánto?
    • Compañía (CC Com): Responde a la pregunta ¿Con quién?
    • Instrumento (CC Ins): Responde a la pregunta ¿Con qué?
    • Finalidad (CC Fin): Responde a la pregunta ¿Para qué?
    • Causa (CC Causa): Responde a la pregunta ¿Por qué?


  • Complemento predicativo (C Pred)

    • Es un adjetivo o un sustantivo que se parece al atributo.
    • Complementa al verbo y a un sustantivo (el sujeto o el CD) a la vez.
    • Si cambia el género o el número del sustantivo complementado, cambia también el del predicativo.

  • Complemento de régimen verbal o suplemento (CRV)

o   Es un sintagma preposicional.
o   Lleva una preposición “exigida” por el verbo.
o   Se sustituye por un pronombre tónico precedido de la preposición.


8º. La voz pasiva.

  • El verbo en voz pasiva: Está formado por el verbo SER + PARTICIPIO del verbo que se quiera.
  • Sujeto paciente (Sj Pac): No realiza la acción del verbo, pero mantiene la relación de concordancia con el verbo en voz pasiva.
  • Complemento agente (C Ag): Es el que realiza la acción del verbo.
      Está formado por un sintagma nominal precedido de la preposición “por”.

9º. El vocativo es un sintagma nominal que utilizamos para llamar la atención de nuestro interlocutor y se separa del resto de la oración por comas. Se considera algo aparte tanto del sujeto como del predicado.

10º. En el caso de que nos encontremos ante una oración compleja, las funciones estudiadas (sujeto o cualquier tipo de complemento) pueden ser desempeñadas por una proposición.

jueves, 18 de octubre de 2012

SOLUCIONES POEMAS ROSALÍA

Un manso río, una vereda estrecha

Nos encontramos ante tres estrofas de cuatro versos cada una. Los versos son endecasílabos y riman los pares en asonantes quedando los impares sueltos.
El tema giran en torno a la idea de la soledad, que para la autora no es una sensación desagradable, ya que puede llenarla con sus pensamientos, sentimientos y contemplación de la naturaleza.

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, 


Su extructura externa se compone de cuatro estrofas, siendo las dos primeras de cuatro versos, la tercera de cinco versos y la última de dos versos. Son versos hexadecasílabos, con censura en la octaba sílaba. Su rima es asonante: en las primeras estrofas á-o, en la tercera á-a y en la cuarta é-o. El cuarto y quinto verso podrían ir unidos, formando una sola estrofa. El hecho de que estén separados es para marcar el inicio del diálogo que mantienen la naturaleza y el yo- poético, como veremos a continuación al hablar de la temática. Como podemos observar, los versos no se rigen por ninguna norma, debido a la corriente romanticista a la que pertenecía la autora, donde el principal fundamento era la libertad del poeta a la hora de escribir.

El tema es la necesidad que tiene el ser humano de ilusiones y sueños para poder sobrellevar la vida, el paso del tiempo, la soledad . . .

Era apacible el día
Es un poema bastante largo el cual tiene cuarenta y dos versos y nueve estrofas, dependiendo de cada una tiene diferentes versos. Es un poema muy libre, ya que no sigue ningún estereotipo, hay versos de arte mayor, y versos de arte menor.
Su rima es consonante en los versos pares, que riman en “ia”.


El tema del poema es la angustia y soledad que siente la protagonista del poema, en esta situación que se plantea.
El argumento de este poema nos plantea el momento en que una madre, en este poema dicen que es Rosalía, la autora del poema pierde a un hijo muy pequeño.



domingo, 14 de octubre de 2012

CANCIÓN DEL PIRATA, Espronceda


LA CANCIÓN DEL PIRATA – José de Espronceda
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de “¡barco viene!”
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
REALIZA LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES
  • 1.       Localización: autor, época, movimiento literario.
  • 2.       ¿Cuál es el tema principal?
  • 3.       Qué tipo de versos y estrofa se utilizan en este poema. ¿Es algo propio del movimiento literario al que pertenece?
  • 4.       Señala las partes en las que se divide el poema
  • 5.  Busca las siguientes figuras retóricas en el poema: metáfora, metonimia, anáfora, hipérbaton.
  • 6.       ¿Para qué crees que se utilizan dichas figuras retóricas?¿Qué sentido tienen? Por ejemplo: dar ritmo al poema, ensalzar la idea de libertad, reforzar la idea de rebeldía, dar un tono exaltado, etc.
  • 7.       ¿Es un poema más lírico, descriptivo o narrativo?
  • 8.       ¿Crees que la forma y el contenido van en consonancia?¿Por qué?

miércoles, 10 de octubre de 2012

SOLUCIONES ACTIVIDADES POESÍA DEL ROMANTICISMO


1. INDICA EL TEMA
 Rima LIII: Contrapone el ciclo vital de la naturaleza, que siempre vuelve, al sentimiento amoroso, que es irrepetible, y en concreto se centra en el amor que sintió el yo poético, que jamás nadie podrá igualar.
Rima LXVI: Es un poema metafísico en el que el yo poético reflexiona sobre su triste pasado, su vida como un duro y doloroso camino; y sobre su más pesimista aún futuro, la muerte y el olvido.
Rima XIII  El tema se centra en las sensaciones e ideas agradables que le provoca la mirada de la amada. 
Rima XXX: El tema es el amor frustrado por culpa del orgullo y la lamentación presente.

2. ANALIZA LA MÉTRICA
 Rima LIII: Nos encontramos con 6 estrofas, cada una de las cuales se compone de  3 versos endecasílabos (11 sílabas) y un último verso heptasílabo (7 sílabas), con rima asonante en los versos pares y los impares quedan sueltos (-a)
Rima LXVI: Nos encontramos con dos estrofas de 8 versos cada una, con los versos primero, tercero y quinto endecasílabos y el resto heptasílabos. La rima es asonante en los versos pares (-u,-a)
Rima XIII: Tenemos tres estrofas de cuatro versos cada una, de los cuales los tres primeros son endecasílabos y el último heptasílabo. La rima es asonante (-e, -a)  
Rima XIII: Nos encontramos con dos estrofas de cuatro versos endecasílabos cada una y rima asonante en los versos pares (-ó)  

2. SEÑALA LA ESTRUCTURA
Rima LIII: Se divide en dos partes; la primera correspondería a las cuatro primeras estrofas, donde habla de cómo el ciclo de la naturaleza se repite pero no pueden repetirse los elementos de la naturaleza que les rodeaban en sus momentos amorosos; y una segunda parte que se correspondería con las dos últimas estrofas, en las que ya de manera expresa se refiere directamente a la historia de amor pasada que vivieron y deja claro que aquellos sentimientos no podrán volver a repetirse jamás.
Rima LXVI: Hay claramente dos partes bien definidas, una primera que se corresponde con la primera estrofa, en la que reflexiona sobre cuál es su origen y cómo ha sido su vida pasada; y una segunda parte que se correspondería con la segunda estrofa, y en la cual nos remite a sus dudas sobre cuál será su detino tras la muerte.
Rima XIII : Se divide en dos partes. La primera parte serían las dos primeras estrofas, donde el yo poético nos explica las sensaciones  o imágenes que le provocan la expresión de sentimientos de la amada a través de sus ojos ((pupila + risa = reflejo de la luz sobre el mar /pupila + llanto= rocío sobre una violeta) y una segunda parte que se correspondería a la última estrofa donde expresa como se manifiesta el pensamiento de la amada a través de su mirada y la imagen que provoca en él (pupila+ pensamiento= estrella) Contrapone sentimientos y pensamiento.
Rima XXX: Hay dos partes que se corresponden con cada estrofa. En la primera estrofa nos habla del pasado, como acabó de manera traumática su amor por culpa del orgullo; y en la segunda estrofa se sitúa en el presente y expresa que aquel amor no está olvidado sino que sigue vivo y que ambos están lamentando la ruptura.

3. INDICA LOS RECURSOS RETÓRICOS UTILIZADOS EN LA ESTRUCTURA
La estructura de las rimas LIII, LXVI y XIII se organiza en torno al paralelismo (igual estructura sintáctica)
LIII:   Volverán . . . . / Pero  aquellas . . .
LXVI: ¿DE dónde vengo? . . . El más . . .  / ¿A dónde voy?  El más . . .
XIII: Tu pupila es azul, y . . . .
La rima XXX no basa su estructura en el paralelismo, aunque sí lo utiliza al final, en los dos últimos versos (Yo digo aún: ¿Por qué . . .? / Y ella dirá: ¿ Por qué . . .?

4. INDICA A QUÉ ESTAPA PERTENECE CADA UNA
Rima LIII Pertenece a su tercera etapa, en la que habla del desengaño amoroso
Rima LXVI Pertenece a su cuarta y última etapa, en la que se centra en las preocupaciones existenciales, sobre la vida, la muerte, el dolor, la soledad . . .
Rima XIII Pertenece a su segunda etapa, donde reflexiona y poetiza sobre el amor, desde una visión más vitalista y optimista, en definitiva, positiva.
Rima XXX Pertenece a su tercera etapa, en la que habla del desengaño amoroso.
Faltaría una poesía representativa de su primera etapa, en la que reflexiona sobre su idea de poesía, amor y mujer ideal. Podríamos poner como ejemplo las dos primeras composiciones que tenemos en el blog.

jueves, 4 de octubre de 2012

POESÍA DEL ROMANTICISMO (Apuntes)


El Romanticismo. La poesía romántica

1. Características generales del Romanticismo
En la primera mitad del siglo XIX el Romanticismo es el movimiento artístico triunfante en toda Europa. La aparición del Romanticismo no fue simultánea en todas las naciones. A finales del siglo XVIII, surgen algunospoetas prerrománticos en Inglaterra, pero será en Alemania donde se dé el impulso definitivo al nuevo movimiento. En Francia, logra implantarse con los dramas de Victor Hugo, y en España penetró tardíamente como imitación de modelos europeos.
El Romanticismo es el producto de una profunda crisis espiritual, social y política. El escritor romántico protesta y se rebela contra los valores delmundo burgués, es un ser disconforme con una sociedad mercantil y racionalque aplasta sus ideales de libertad.
El Romanticismo defiende el poder creador del espíritu, el derechoa la imaginación, al sentimiento y a la pasión. El yo artístico se convierte en el principal impulsor de la creación, que debe realizarse con una libertad absoluta frente a las normas.
El subjetivismo y el ideal de libertad están en la raíz de algunas de las características más importantes del Romanticismo:
El rechazo de la realidad y la huida por medio de la imaginación. La evasión es una consecuencia del rechazo de los modos de vida burgueses. El mundo de la fantasía, los países lejanos y exóticos, las épocas
pasadas (en especial, la Edad Media) se convierten en refugios imaginativos de los románticos.
El análisis de la intimidad. El escritor romántico es individualista, y al explorar su interior encuentra la melancolía, la soledad, la angustia o la tristeza; la desesperación y el desengaño son consecuencia del enfrentamiento entre su idealismo y la realidad.
La importancia del paisaje y de los ambientes. La descripción de la naturaleza sirve para exteriorizar los paisajes interiores del artista. Los bosques tenebrosos, los jardines abandonados, los crepúsculos o las tormentas reflejan los vaivenes de su espíritu. Otros escenarios habituales son las mazmorras, los cementerios, las ruinas, etc.
La reivindicación de los elementos populares y nacionales. El Romanticismo —aunque sean minoritarias— y recupera las creaciones literarias que transmiten el espíritu de los pueblos y de las naciones.
• En cuanto a la técnica y estructura de la obra literaria, la libertad creativa se manifiesta en la mezcla y confusión de distintos géneros, aun dentro de la misma obra. El estilo dominante suele ser retórico, con
abundantes exclamaciones, interrogaciones y suspensiones, y trata de lograr sonoridad y brillantez.

 La poesía romántica española
La aportación renovadora del Romanticismo se aprecia en todos los aspectos que atañen a la poesía. Las combinaciones métricas, el enfoque dado al tema del amor, el análisis de los sentimientos y el gusto
por la poesía narrativa son las novedades más llamativas

• Se rompen las reglas formales de la métrica. Los poetas románticos emplean todo tipo de estrofas y versos, pero tienden al uso de las formas más populares. En el poema se mezclan versos de distinta medida (polimetría) y diferentes formas estróficas, para conseguir una sensación de libertad y dinamismo.
• En los temas, el amor ocupa el lugar principal. Es un amor apasionado, imposible de alcanzar. Junto con el amor, aparece la angustia ante la muerte. Por último, destacan los motivos sociales y políticos: por medio de personajes rebeldes (el pirata, el preso, etc.), el poeta romántico expone sus anhelos de libertad y los obstáculos que encuentra para lograrla.
• El léxico refleja el espíritu de la época: la insatisfacción, el tedio, la melancolía, la pasión, los ideales o la frustración. Las imágenes se llenan de exotismo, de paisajes crepusculares o misteriosos.
• Adquiere importancia la poesía narrativa. Leyendas y asuntos históricos sirven como motivos poéticos en los que el poeta encauza su imaginación.
El romance es una de las composiciones preferidas, por su carácter popular y tradicional.



Fases del Romanticismo en España
Introducción y difusión (1805- 1834). Se publican artículos periodísticos y traducciones de obras románticas.
Apogeo (1834-1850). Se inicia con el estreno de La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa
y termina con el de Traidor, inconfeso y mártir, de Zorrilla.
Posromanticismo (de 1850 en adelante). La influencia romántica continúa en dos poetas de sensibilidad
extraordinaria: Bécquer y Rosalía de Castro.

3. Principales poetas del Romanticismo español
En el Romanticismo español hay poetas importantes, como el Duque de Rivas, Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Zorrilla o Carolina Coronado. Pero los más relevantes son tres: José de Espronceda, el poeta más representativo del momento de apogeo romántico, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro, que escriben influidos por la sentimentalidad romántica en un periodo posterior.

José de Espronceda
Nació en Almendralejo (Badajoz) en 1808 y murió en 1842. Participó en actividades revolucionarias, por las que estuvo exiliado. En Lisboa conoció al amor de su vida: Teresa Mancha. Al casarse ella con otro hombre, Espronceda la raptó y regresó a España en 1833. Pero Teresa abandona al poeta y muere poco después. Hasta 1842, fecha de su fallecimiento, Espronceda se dedicó a la literatura y a la política.
Espronceda destaca, sobre todo, por su obra poética. Sus poemas fueron reunidos en 1840 con el título de Poesías.
Sobresalen dos poemas largos: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.El primero es un extenso poema que narra, en una atmósfera misteriosa, las aventuras de Félix de Montemar, un libertino y pendenciero donjuán. Espronceda mezcla romances, décimas, octavillas, etc. En El diablo mundo,
inacabado, Espronceda expone su visión filosófica y social de la realidad. En él aparece el famoso Canto a Teresa, dedicado a la mujer amada.
El amor es el tema principal de sus poemas, pero también es importante su reivindicación de personajes marginales, como símbolos de la rebeldía contra la opresión social: La canción del pirata, El mendigo o El reo de muerte tienen como protagonistas a este tipo de personajes.

Gustavo Adolfo Bécquer
 (1836- 1870) nació en Sevilla y quedó huérfano a los diez años. Se trasladó a Madrid, donde vivió en precarias condiciones. En 1858, conoció a Julia Espín, la mujer inspiradora de sus poemas amorosos. En 1861 se casó con Casta Esteban, pero se separaron siete años más tarde. En ese tiempo, sin embargo, se produce su época de mayor actividad literaria: escribe las Leyendas y la mayor parte de las Rimas.
Bécquer murió desconocido y pobre.
La obra poética más importante de Bécquer son las Rimas, que aparecieron publicadas en 1871, al año siguiente de su muerte. Se distinguen cuatro secciones:
Rimas I-XI. Su tema es la propia poesía y la creación poética. También aparecen temas como la exaltación del yo y la concepción de la mujer y del amor como algo ideal e inalcanzable.
Rimas XII-XXIX. Tratan sobre la plenitud del amor. La amada aparece como un ser de atractiva belleza y de altas virtudes espirituales.
Rimas XXX-LI. Reflejan el fracaso amoroso y el desengaño. La mujer ha destrozado las ilusiones del poeta y su retrato adquiere tintes sombríos.
Rimas LI a LXXIX. Están invadidas por la soledad, la angustia y el dolor. El mundo aparece como un lugar hostil del que el poeta huye.
Las características técnicas más importantes de las Rimas son la brevedad, la sencillez y el tono de conversación íntima. La forma estrófica de los poemas es libre, con predominio de los versos heptasílabos
y endecasílabos y de la rima asonante
Bécquer cultivó en prosa un género típicamente romántico: la leyenda. Muchas se sitúan en ambientes medievales y tratan temas amorosos o fantásticos, envueltos en misterios y acontecimientos sobrenaturales. Las más conocidas son Maese Pérez el organista y El monte de las ánimas.

Rosalía de Castro
(1837-1885) nació en Santiago de Compostela. A los quince años supo que era hija de madre soltera, lo que le produjo una gran conmoción. Vivió en Castilla, aunque siempre sintió la nostalgia de su tierranatal, a la que regresó. Sufrió penurias económicas y enfermedades, y padeció la muerte de algunos de sus hijos.
Murió en Padrón (La Coruña).

Rosalía de Castro fue una escritora bilingüe en castellano y en gallego. Su obra gallega desempeñó un papel relevante en el renacimiento de esta lengua y de su cultura (Rexurdimento).Su primer libro de versos, La flor (1857), refleja la influencia de Espronceda.
En 1863 aparecieron A mi madre y Cantares gallegos (en gallego), en los que se recogen temas y formas populares de su tierra. No volvió a publicar poesía hasta 1880, con otro título en gallego: Follas novas, en el que destaca su preocupación social por las gentes de Galicia. Sus poemas tienen reminiscencias de la antigua lírica gallego-portuguesa e importantes innovaciones métricas.
En 1884 apareció su libro de poemas más importante en castellano: En las orillas del Sar. En él se vuelcan sus sentimientos más íntimos y sus versos expresan melancolía y soledad, así como un alejamiento de la realidad externa. La sinceridad de la voz poética, la sencillez expresiva y las raras combinaciones métricas, con versos de hasta 18 sílabas, convierten a este libro en uno de los poemarios fundamentales del siglo XIX.



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miércoles, 3 de octubre de 2012

Poemas de Rosalía de Castro


Un manso río, una vereda estrecha,
un campo solitario y un pinar,
y el viejo puente rústico y sencillo
completando tan grata soledad.

¿Qué es soledad? Para llenar el mundo
basta a veces un solo pensamiento.
Por eso hoy, hartos de belleza, encuentras
el puente, el río y el pinar desiertos.

No son nube ni flor los que enamoran;
eres tú, corazón, triste o dichoso,
ya del dolor y del placer el árbitro,
quien seca el mar y hace habitar el polo.




Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, 
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, 
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, 
De mí murmuran y exclaman: 
                                                            —Ahí va la loca soñando 
Con la eterna primavera de la vida y de los campos, 
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, 
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, 
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, 
Con la eterna primavera de la vida que se apaga 
Y la perenne frescura de los campos y las almas, 
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, 
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?





Era apacible el día
     Y templado el ambiente,
     Y llovía, llovía
    Callada y mansamente;
    Y mientras silenciosa
    Lloraba y  yo gemía,
    Mi niño, tierna rosa
    Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!
  Tierra sobre el cadáver insepulto
Antes que empiece a corromperse... ¡tierra!
Ya el hoyo se ha cubierto, sosegaos,
Bien pronto en los terrones removidos
Verde y pujante crecerá la yerba.
  ¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas,
Torvo el mirar, nublado el pensamiento?
¡No os ocupéis de lo que al polvo vuelve!...
Jamás el que descansa en el sepulcro
Ha de tornar a amaros ni a ofenderos
        ¡Jamás! ¿Es verdad que todo
        Para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad.
  Tú te fuiste por siempre; mas mi alma
Te espera aún con amoroso afán,
Y vendrá o iré yo, bien de mi vida,
Allí donde nos hemos de encontrar.
  Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
        Que no morirá jamás,
Y que Dios, porque es justo y porque es bueno,
        A desunir ya nunca volverá.
En el cielo, en la tierra, en lo insondable
        Yo te hallaré y me hallarás.
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad.
        Mas... es verdad, ha partido
       Para nunca más tornar.
Nada hay eterno para el hombre, huésped
De un día en este mundo terrenal,
En donde nace, vive y al fin muere
Cual todo nace, vive y muere acá.




lunes, 1 de octubre de 2012

MARIANO JOSÉ DE LARRA: TEXTOS


MARIANO JOSÉ DE LARRA

1. “VUELVA USTED MAÑANA”

[Un amigo francés de Larra, llamado Sans-delái (literalmente, “sin descanso”), ha llegado a España para invertir su dinero en unos negocios. Antes debe realizar unos trámites burocráticos que incluyen la visita a un genealogista con el fin de aclarar sus antecedentes familiares. Sans-delái pensaba que conseguir todos los documentos necesarios le llevaría unos quince días, pero…]  

     Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido: encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días; fuimos.
-Vuelva usted mañana -nos respondió la criada-, porque el señor no se ha levantado todavía.
-Vuelva usted mañana -nos dijo al siguiente día-, porque el amo acaba de salir.
-Vuelva usted mañana -nos respondió al otro-, porque el amo está durmiendo la siesta.
-Vuelva usted mañana -nos respondió el lunes siguiente-, porque hoy ha ido a los toros.
-¿Qué día, a qué hora se ve a un español?
 Vímosle por fin, y «Vuelva usted mañana -nos dijo-, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio».
A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz, y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos. […]
     Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.
    No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el sombrerero a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y sin salir de casa.
Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!
-¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? -le dije al llegar a estas pruebas.
-Me parece que son hombres singulares...
-Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca. […]
[Después de meses de espera, se le deniega el permiso para iniciar sus negocios]
  -¿Para esto he echado yo mi viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: «Vuelva usted mañana», y cuando este dichoso «mañana» llega en fin, nos dicen redondamente que «no»? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se haya fraguado para oponerse a nuestras miras.
-¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.
   Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron para la anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión.
-Ese hombre se va a perder -me decía un personaje muy grave y muy patriótico.
-Esa no es una razón -le repuse-: si él se arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide; él llevará el castigo de su osadía o de su ignorancia.
-¿Cómo ha de salir con  su intención?
-Y suponga usted que quiere tirar su dinero y perderse, ¿no puede uno aquí morirse siquiera, sin tener un empeño para el oficial de la mesa?
-Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere.
-¿A los que lo han hecho de otra manera, es decir, peor?
-Sí, pero lo han hecho.
-Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. ¿Conque, porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible, será preciso tener consideraciones con los perpetuadores del mal? Antes se debiera mirar si podrían perjudicar los antiguos al moderno.
-Así está establecido; así se ha hecho hasta aquí; así lo seguiremos haciendo.
-Por esa razón deberían darle a usted papilla todavía como cuando nació.
-En fin, señor Fígaro, es un extranjero.
-¿Y por qué no lo hacen los naturales del país?
-Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre.
-Señor mío -exclamé, sin llevar más adelante mi paciencia-, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que los venza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de quererlo adivinar todo y no reconocer maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas.
»Un extranjero -seguí- que corre a un país que le es desconocido, para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero, si pierde es un héroe; si gana es muy justo que logre el premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país, no viene a sacar de él el dinero, como usted supone; necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de media docena de años, ni es extranjero ya ni puede serlo; sus  más caros intereses y su familia le ligan al nuevo país que ha adoptado; toma cariño al suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde ha escogido una compañera; sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán; en vez de extraer el dinero, ha venido a dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir; ha dejado otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero; ha dado de comer a los pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse; ha hecho una mejora, y hasta ha contribuido al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas importantes verdades, todos los Gobiernos sabios y prudentes han llamado a sí a los extranjeros: a su grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor; a los extranjeros de todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas; a los extranjeros han debido los Estados Unidos... Pero veo por sus gestos de usted -concluí interrumpiéndome oportunamente a mí mismo- que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se debe convencer. ¡Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas! […]
¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo, y pereza de abrir los ojos para hojear las hojas que tengo que darte todavía, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas,  perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada, y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que no pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fue de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé «Vuelva usted mañana»; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: «¡Eh!, ¡mañana le escribiré!». Da gracias a que llegó por fin este mañana que no es del todo malo: pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!


1.                  En este famoso artículo Larra arremete contra uno de los que consideraba “vicios nacionales”. ¿Cuál? Haz un esquema con todos los personajes que deben realizar un trabajo para Sans-délai y señala qué motivos aducen para justificar su tardanza.
2.                 ¿Qué función desempeña en este artículo la figura del amigo francés?
3.                 Comenta las razones que dan los españoles para negarle a Sans-délai la posibilidad de invertir aquí su dinero. ¿Se sigue teniendo en la actualidad una visión parecida? ¿Qué opina Larra acerca de la presencia de extranjeros en España?
4.                 En la reflexión final pueden observarse tanto la actitud irónica de Larra como su escepticismo. Comenta ambas ideas.   


2. “EL DÍA DE DIFUNTOS DE 1836. FÍGARO EN EL CEMENTERIO”

     Dirigíanse las gentes por las calles en gran número y larga procesión, serpenteando de unas en otras como largas culebras de infinitos colores: ¡al cementerio, al cementerio! ¡Y para eso salían de las puertas de Madrid!

    Vamos claros, dije yo para mí, ¿dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.

     Entonces, y en tanto que los que creen vivir acudían a la mansión que presumen de los muertos, yo comencé a pasear con toda la devoción y recogimiento de que soy capaz las calles del grande osario.

    –¡Necios! –decía a los transeúntes–. ¿Os movéis para ver muertos? ¿No tenéis espejos por ventura? ¿Ha acabado también Gómez con el azogue de Madrid? ¡Miraos, insensatos, a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis vuestro propio epitafio! ¿Vais a ver a vuestros padres y a vuestros abuelos, cuando vosotros sois los muertos? Ellos viven, porque ellos tienen paz; ellos tienen libertad, la única posible sobre la tierra, la que da la muerte; ellos no pagan contribuciones que no tienen; ellos no serán alistados ni movilizados; ellos no son presos ni denunciados; ellos, en fin, no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel; ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta, porque ellos hablan al mundo. Hablan en voz bien alta y que ningún jurado se atrevería a encausar y a condenar. Ellos, en fin, no reconocen más que una ley, la imperiosa ley de la Naturaleza que allí les puso, y ésa la obedecen.

    –¿Qué monumento es éste? -exclamé al comenzar mi paseo por el vasto cementerio–. ¿Es él mismo un esqueleto inmenso de los siglos pasados o la tumba de otros esqueletos? «¡Palacio!» […] En el frontispicio decía: «Aquí yace el trono; nació en el reinado de Isabel la Católica, murió en La Granja de un aire colado». En el basamento se veían cetro y corona y demás ornamentos de la dignidad real. «La Legitimidad», figura colosal de mármol negro, lloraba encima. Los muchachos se habían divertido en tirarle piedras, y la figura maltratada llevaba sobre sí las muestras de la ingratitud.

   ¿Y este mausoleo a la izquierda? «La armería.» Leamos: «Aquí yace el valor castellano, con todos sus pertrechos. R.I.P».

    Los Ministerios: «Aquí yace media España; murió de la otra media» […]

   ¿Qué es esto? ¡La cárcel! «Aquí reposa la libertad del pensamiento.» ¡Dios mío, en España, en el país ya educado para instituciones libres! Con todo, me acordé de aquel célebre epitafio y añadí involuntariamente:

  Aquí el pensamiento reposa,  
  en su vida hizo otra cosa.  

   Dos redactores del Mundo eran las figuras lacrimatorias de esta grande urna. Se veían en el relieve una cadena, una mordaza y una pluma. Esta pluma, dije para mí, ¿es la de los escritores o la de los escribanos? En la cárcel todo puede ser […]

  «¡Fuera –exclamé– la horrible pesadilla, fuera! […] Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.

   ¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! «¡Aquí yace la esperanza!»

   ¡Silencio, silencio!

1.                  Es éste uno de los últimos artículos de Larra, el pesimismo y la profunda depresión que sufre se manifiestan con claridad en él. Comenta cómo se manifiesta la tristeza en su visión de la gente, de Madrid, de España y de sí mismo.
2.                 La comparación entre los vivos y los muertos del cuarto párrafo revela las preocupaciones e ideales de Larra. ¿Cuáles son?
3.                 Comenta cada uno de los epitafios con los que Larra fustiga con su acostumbrada ironía algunas instituciones españolas. ¿Muestra esta crítica la ideología liberal del autor?
4.                 Finalmente, Larra vuelve los ojos hacia sí mismo para encontrar la misma desolación que en todo lo demás. ¿Qué sentido tiene el contraste el corazónlleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseo y el epitafio que se dedica a sí mismo? Explica el carácter netamente romántico de esta idea.